Roma no se rinde


 La piara se abalanza sobre el inminente cadáver de su alelado líder. Mordiscos le lanzan desde Galicia, desde Madrid, su guardia pretoriana cierra filas con el desconcierto pintado en sus rostros. ¿Hacia dónde apuntaran sus espadas? Todos esperan a que el primero se decida para huir cada cual en busca de un nuevo protector que les siga proporcionando su trozo de carne putrefacta.

No hay comentarios: