Mares negros
para seres de piel negra
el limbo de una raza
que se ahoga
a las puertas de los sueños

allí quedan sumergidos
los brazos hacía arriba
en el silencio
de una muerte predestinada

qué paradoja
que mientras te ahogas
el horizonte se clave
en tu mirada

tan cerca
que duele morirse

y las aguas se llenan
de lágrimas frustradas
que hacen que el mar
crezca unos milímetros
sea un poco más salado
y le piquen los ojos a los peces

peces que nadan curiosos
entre ese bosque
de piernas y brazos
de esas personas
a las que nunca
llegaremos a conocer


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Verano negro.

Anónimo dijo...

No entiendo por qué no firman las poesías. Me interesa saber quién es el autor.

Anónimo dijo...

Hay poemas que son tan dolorosos que no se pueden firmar, lo que por otra parte sería un acto de vanidad e ignominia. Éste en concreto pertenece a los ahogados y a los últimos que vieron sus manos perderse en el océano. Escalofriante recuerdo que les permanecerá durante toda su vida. Una angustia cruel agarrada en el alma.

Legarán más poemas, quizás celebrando la vida y la fortuna de vivirla, y entonces, tal vez asome la firma y la identidad del autor.

Gracias por el interés y por visitar el blog, aunque sea de cuando en cuando