El oro de Belén

Otro año más, otra navidad. Otro año más, una fiesta religiosa que en otros tiempos tuvo gran importancia, pero que ahora no es más que la gran fiesta consumista del año. La iglesia cierra filas y nos cuelan al Papa y sus bendiciones por donde pueden, su misa del gallo y sus estúpidos belenes. Y por cierto hablando de belenes y de tradiciones. Se celebra el día 25 de diciembre la dudosa efeméride del nacimiento del hijo de Dios, y nochevieja de por medio, el día 5 la otra dudosa efeméride de la visita y adoración de los reyes magos. Y sobre este asunto quería yo hablarles. En esas dos semanas, la visita de pastores, artesanos, y gente de todo tipo sería incesante, dado el éxito en aquellos tiempos del boca a boca, y del hecho poco baladí de la visita de un angel, y de lo que se desprende por lo escrito,  todos llevarían su presente al recién nacido, así que sacando un poco las cuentas, José y María, los padres de la criatura, se verían de repente con un número de cabezas de ganado considerable, por no hablar de pieles y telas de primera calidad, mieles selectas, vino, y cualquier cosa que en la época fuera tomada como un presente. Entonces, el hasta entonces hacendoso carpintero y su virginal señora se encontrarían de repente con un capital nada desdeñoso, y para rematar, a las dos semanas, y según el calendario cristiano, se presentan a adorar a su vástago tres reyes venidos de oriente y aficionados por lo que se ve, a la astronomía y la adivinación.

Imagino la sorpresa de los progenitores cuando estos tres pájaros se postran ante el niño con sus famosos presentes, y aquí viene la pregunta del millón: ¿No se han preguntado nunca que fue del oro entregado por el rey? El incienso creo que lo usarían para disipar el ambientillo recargado del portal, recuérdese la cohabitación con un buey y una mula, y la mirra, si no tuvo el mismo fin que el incienso, de seguro acabo en los estómagos de alguno de los rumiantes.

De modo que recapitulemos, tenemos a una pareja de humildes artesanos, que de la noche a la mañana se encuentran con un pequeño capital, en forma de oro, ganado, y otros productos de consumo. La biblia no dice ni pío del fin de todos estos presentes, solo añade, que decidieron largarse a Egipto hasta la muerte de Herodes. Vamos lo que vienen siendo un retiro vacacional a todo trapo. Si se dice en algún sitio que Judas, años después, traicionó a su maestro por 30 monedas de oro, basándome en este dato, en un cofre, por pequeño que sea, cabe mucha más cantidad de oro, y si añadimos el producto de la venta de los bienes recibidos, estos tres, se fueron para Egipto con una pequeña fortuna. Pensándolo bien, creo que José, no volvió a agarrar un serrucho en su vida, a no ser que a la vuelta a Nazaret, se hubiera fundido hasta el último denario, o duro, o ecu, cosa por otra parte comprensible, porque al hombre se le haría duro aceptar el “affaire” de su mujer y el tal Yavé. Seguro que los clubs de alterne de las dos orillas del Nilo, le tenían por un buen cliente.



Tiene gracia que muchos rancios centuriones y godos de nuestra historia reciente no dejen de dar el coñazo con el “oro de Moscú” y nunca se hallan planteado que fue del “oro de Belen” Yo humildemente les ofrezco mi hipótesis.



El reverendo Yorick.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena hipótesis: Aguantó el paripé del belén, recogió los chavos. Se serró los cuernos y se dedicó a holgar a calzón caído. La verdad es que el carpintero se merecía su nueva suerte, después de lo que le hizo Dios en connivencia con la virgen y el palomo.
Hay algunos autores que dicen que la exvirgen montó un meublé...pero personalmente me parece una blasfemia. Espero que su labor investigadora en pos de la verdad, un día pueda iluminar sobre este evento de la historia

Anónimo dijo...

Buena hipótesis: Aguantó el paripé del belén, recogió los chavos. Se serró los cuernos y se dedicó a holgar a calzón caído. La verdad es que el carpintero se merecía su nueva suerte, después de lo que le hizo Dios en connivencia con la virgen y el palomo.
Hay algunos autores que dicen que la exvirgen montó un meublé...pero personalmente me parece una blasfemia. Espero que su labor investigadora en pos de la verdad, un día pueda iluminar sobre este evento de la historia