Vacío


Plantar árboles en las praderas del insomnio
ahíto de muerte y soledad
noches tan largas como carreteras desiertas
que conducen al principio de nada
terrores inciertos que no se manifiestan
incitan a la inmovilidad más absoluta

el aire pasa desapercibido en unos pulmones
que silban como ventanas batidas por el viento
una oscura decrepitud lo cubre todo
y un cuervo sobrevuela el infinito
de una noche eterna

en la inmediatez de la nada
todo cobra sentido
y las piezas desperdigadas
comienzan a encajar

la luz no está al final del túnel
ni siquiera al principio
es solo el destello último
de una luciérnaga agonizante

este es el vacío
donde desintegrarse o permanecer
ni siquiera es una opción
donde no prima la voluntad del miedo
y el caballo de la noche gélida
galopa ciego

pisando cadáveres sonrientes


Rafa Becerra

1 comentario:

Anónimo dijo...

huele a vapor de entrañas de espinas oxidadas.
Grande Rafa