Imagina
que te azotan con un látigo de siete colas, en las cuales se han
incrustado trozos de hierro, cristal, hueso… Que después del
suplicio, la espalda te queda hecha unos zorros, en carne viva,
vamos. Ahora, te hacen cargar con una cruz de madera de entre 50 y 60
quilos y, hala, hacia el Gólgota. Por el camino no dejan de
insultarte, azotarte, escupirte, burlarse y además, una chica
llamada Verónica, para más inri, te hace una fotocopia del careto.
Cuando llegas al Calvario, que afortunadamente no era muy alto, te
clavan en la cruz, al lado de un mal ladrón -Gestas- que era un
pelanas que robaba gallinas y un buen ladrón –Dimas- que era de
Valentia -la actual Valencia-. El cual había dejado temblando las
arcas de la ciudad. Como te han clavado las manos, no puedes llamar
desde el móvil a tu abogado para la demanda del abeas
corpus. Y,
lo que es peor, tampoco puedes hablar con tu Padre, muy influyente:
“¡Eli –Padre- ¿por qué me has abandonado!”
Añade a todo esto que acontece en
pleno puente de Semana Santa y dime si nos es para subirse por las
paredes, vamos.
Esto
le ocurre al Cristo que, si bien padeció, sus motivos tenía. Por
una parte blanquear la imagen que su Papá había dejado en el
Antiguo Testamento. Por otra, la de crear una nueva imagen de firma
con vistas al futuro, que come se comprueba, el éxito dura másde
2013 años.
Pero,
¿qué es la pasión de Cristo comparada con la de cualquier súbdito
de la Comunidad Valenciana? Un apacible paseo en barca por la
Albufera, si lo comparamos. Aún no repuestos de la p___ Navidad,
asaeteados por las temibles Fallas, ahora por la Pasión y, durante
todo el año mortificados por Valencia.
Otrora
orgullosos de nuestras naranjas, de nuestro clima, de nuestras
playas, de nuestro Valencia C. F… ahora penitentes en una ciudad
poseedora del Guines del bandidaje estatal. Así somos conocidos
allende las fronteras, como la Sierra Morena del siglo XIX, nuestra
tierra está ofreciendo a España y el mundo entero el más
importante reducto del bandidaje del siglo XXI. En cabeza y a mucha
distancia del resto del solar patrio, nos cabe el dudoso orgullo de
haber eclipsado a Cantimpalos en su fama choricera. No olvidéis que
fue nuestra temible Valencia la única ciudad donde salieron los
tanques a la calle en el ominoso 23-F, en la que un valeroso general
–siempre contra el propio pueblo, claro- instó desde los
micrófonos de la radio a que se unieran a la sublevación los
españoles patriotas y de bien. No nos cabe duda de que se refería a
la quinta columna: La Junta Central FACHERA.
Si
no podemos salir de aquí, al menos nos queda la estrategia de,
cuando viajamos, al preguntarnos nuestra procedencia, forzar otro
acento y asegurar que no somos valencianos, que nuestros padres nos
nacieron en Albacete, Cañete, Aracena, Ourense o cualquier lugar que
no recuerde a esta ominosa Valencia.
¡Pasión a nosotros, je!
-Muy
interesante, véase: Ruta
del Despilfarro. L´altra Cara de la Ciutat de València
EL
BOBO DE KORIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario