La duda

Las tradiciones y los tópicos aprietan mi garganta como una tenaza. Nadie parece comprender que mi nacimiento en un lugar determinado, carece de importancia. que una vez rota la burbuja, es otra cosa. Que lo que muchos llaman desarraigo, en realidad, no lo es. Todo lo contrario. Encuentro a mis hermanos en los desiertos, en barcos herrumbrosos en alta mar. Las tumbas de mis padres jalonan los caminos, y sus voces me llaman y me explican.
Pero aun así, muchos te preguntan por tu origen, a una respuesta tuya, sus pensamientos buscan datos, lugares comunes, pobres comentarios que persiguen una fugaz empatía.

Les da seguridad poder clasificarte, situarte dentro de su esquema. Un esquema que sujeta una frágil situación de estabilidad, que se rompe en el momento que muestras la diferencia, cuando dejas de aplaudir la costumbre de un clan, que solo sirve para apaciguar su miedo a la inmensidad.
Llegado ese instante es hora de continuar el camino, de emprender una marcha errática que te querrá y te maltratará a partes iguales, que forjará a ratos el contorno de un alma viva, circundada, sin embargo, por las raíces del dolor.
Verse sumergido en esta situación, no siempre consuela, pues tus medios siempre son precarios, y casi nunca se comprenden.
El silencio y la calma quizás sean los mejores aliados de una batalla que durará toda una vida, y que nadie ganará. Puede que la clave este en el recuerdo que pueda quedar retenido en las pupilas inocentes de los niños, una semilla que germine en zonas recónditas de sus corazones y que crezca indómita en forma de duda. Una duda permanente, inconsolable, que crezca y los empuje a su vez a tirarse de bruces contra los límites de una burbuja imaginaria.


Yorick.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rompiendo esquemas siii, con dolor y con gran placer podemos seguir caminos inesperados
y menos mal que de vez en cuando se rompen los esquemas, si no qué aburrimiento!!!