¡Qué tiempos! Los
recortes llegan a la Iglesia. No, no los del presupuesto millonario que nuestro
Estado les regala tan graciosamente todos los años y pagamos, desgraciadamente,
todos los españoles.
Como no les
alcanzaba para el mantenimiento del Limbo, lo desmontaron de un plumazo. A sus
funcionarios los recolocaron en el Cielo y Purgatorio. De paso, cara a la
clientela, cada día más mermada, daban
la sensación de apertura y renovación.
Por si esto fuese
poco, el Comercial del Vaticano borra del belén a la mula y el buey y convierte
a los Reyes Magos de Oriente en magos andaluces ¡Olé!
Lo que no cuenta
el Vaticano son los verdaderos motivos que le han llevado a tomar estas
decisiones. La primera es que en el belén no podían coexistir dos cornudos: el
buey y san José. Como tampoco dos mulas: el animal híbrido y obcecado y la
Virgen que, terca como el animal cuadrúpedo y a pesar de la palmaria evidencia
del Niño, seguía manteniendo que era virgen.
La guinda la pone
S. S. cuando asegura que los Reyes Magos no eran de Oriente sino de Andalucía y
que en vez de oro, incienso y mirra, al Niño le llevaron un jamón de Jabugo,
una guitarra y una botella de moriles. Son pequeños cambios para mantener la
clientela, aunque sigue -la Iglesia- de espaldas a una realidad que la va
desplazando día a día y relegándola al mundo del que viene: la mitología.
¿Estos pequeños
pasos la llevarán un día a reconocer que el tinglado que tienen montado es todo
una enorme falsa que ya ha durado demasiado tiempo?
Aunque este decisivo
paso no lo den nunca, existe en nuestros belenes un personaje que representa el
escepticismo y el descreimiento de una forma muy directa, gráfica y patente: EL
CAGANER, la figura que con su acto, muy humano, se caga en toda la
representación. Amén.
EL BOBO DE KORIA
1 comentario:
amén,amen
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