He
pasado unos días de incertidumbre
al saber que Famosa, la fábrica de las famosas muñecas iba a
cambiar la ubicación de Onil. Por fin, la casa se reubicará en Las
Atalayas de Alicante. Tranquilidad para sus trabajadores.
Por
un momento pensé que el anunciado traslado se debía a la
preocupación de la empresa por las muñecas que todos los años se
dirigen al Portal a rendir el debido homenaje al Niño Dios. Que,
preocupada –la empresa- por la gran caminata de las muñecas y,
dada la edad de éstas, había pensado en trasladarse a un lugar más
próximo al pesebre. Pero no, todo se reducía al vil metal.
Esta
noticia ha
removido en mí una preocupación que arrastro desde hace décadas.
Sabedor de que el camino hacía Belén lo realizan a pie y con esos
pasitos menudos que sabemos, el recorrido debía de resultarles
enormemente fatigoso. No obstante, si en el principio eran jóvenes,
cargadas de vitalidad, el avasallador tiempo, que hace mella en
todos, debe de haberlas convertido en mujeres de avanzada edad que
peinarán canas hasta en los chuminos. Así, cada año, para hacer el
recorrido, debían de partir de Onil antes y el camino que al
comienzo realizaban en varios días se tornó en meses de penosa
caminata.
A pesar de todo, el camino lo
han realizado siempre con verdadero interés y entusiasmo, pues:…
y
Jesús que está alegre se ríe en el pesebre…
Cada año se alegraba de recibirlas ante las expectativas de unos
polvitos que, tanto las muñecas, como él, disfrutaban revolcándose
en la paja, jalonados, como se sabe, por la Virgen, la mula y los dos
cornudos.
Han
pasado casi cuatro décadas y las muñecas no son lo que eran,
tampoco el Jesús, aunque supongo que seguirán retozando. Quizás
con el ardor más apagado, pero donde hubo…
Más
tranquilo quedo al saber que una ONG se ha ofrecido a llevar a las
muñecas todos los años.
EL
BOBO DE KORIA
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