Ya lo tengo decidido. Definitiva e irrevocablemente: Voy a cambiarme de nacionalidad, dejaré de ser español. Podré librarme por fin de esa etiqueta soez que me condena a permanecer inmenso en una sopa de estupidez colectiva. Durante años he tenido que soportar la vergüenza a la que me arrastró el haber nacido bajo una bandera. La detestable bandera rojigüalda, culpable de mi nausea permanente. Una bandera de la que se muestran paladines de todo tipo, políticos, deportistas, escritores, camioneros, tenderos, legionarios y una vasta fauna sin fin. Todos ellos llenándose la boca con un orgullo enfermizo de unos valores que en realidad solo hacen alusión a la propia estupidez que los mantiene unidos, como una pócima ponzoñosa y su maldito conjuro. Tener que soportar esa situación durante toda una vida, envejece. Te hace perder años de tu preciosísima vida, con la presencia constante de una bandera sobre tí, y de los charlatanes que la sujetan. Haciendo caso omiso de cualquier pensamiento crítico, una masa febríl te arrastra bajo un ideario vital que no pasa del racismo, del nacionalismo rancio, de una autarquía cognitiva, impuesta desde el estado, y de un dogma de fe, en el que tiene bastante que ver una iglesia que mediante palabras vacías hace decir a gobiernos y constituciones que vivimos en un estado laico. Asi que mi decisión es irrebocable. Y por si alguíen con sarcasmo intentara poner en entredicho mi decisión mediante burla, preguntándome que cual sería mi nueva patria, se lo eplicaría breve, pero contundentemente de esta forma:
Mi patria es el amor. Que dijo el poeta.
Mi patria es el aire. Que pensó el pájaro.
Mi patria son los árboles. Que dijo el barón rampante.
Mi patria es el mar. Que dijo (probablemente) El capitán Nemo.
Motivado por estos variados ejemplos, yo diría que mi patria es un pedacito de cada uno, un pedacito pequeñito donde de ninguna manera debe caber el más mínimo gramo de profunda estupidez.
el reverendo Yorick.
1 comentario:
Es cierto. La Patria, como la familia, es un accidente. Me con sidero un desafecto a esta Patria. Prefiero a la gente que merece la pena, los libros y la música.
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