Blogletín crítico-sociológico anexionado a la internacional anti-estulticia
¿Te imaginas un mundo sin minas?
Sí, la verdad es que sí. En realidad, no me cuesta mucho llegar a imaginármelo, e incluso, si me esfuerzo un poco más, podría llegar mas lejos en ese ejercicio imaginativo. Por ejemplo, podría imaginarme un mundo libre de desigualdades, donde el ansia de los seres humanos no fuera un consumo desmedido, ese mundo, por supuesto, estaría libre de esa enfermedad llamada dinero, principal motivo de odio e injusticias en la humanidad. Podría imaginarme también un mundo donde la competitividad salvaje a la que nos enfrentamos a diario no tuviera cabida, promoviendo por el contrario una libre asociación entre las mujeres y hombres. Un mundo donde el trabajo repartido, no fuera esclavitud para nadie, donde las personas pudieran criar a sus hijos, en vez de verlos crecer fuera de casa en manos de entrenados adoctrinadores profesionales. Donde los obreros tuvieran conciencia, y ética profesional y se negaran a participar de empresas cuyos productos mataran obreros en la otra parte del planeta, o participar en un masivo ataque al medio ambiente, de la mano de empresas expoliadoras, como las gestoras de las minas, por ejemplo.
Sí, si que me puedo imaginar muchos mundos posibles, donde tantas comodidades que proporciona un progreso, al que se le atribuyen más virtudes de las que en realidad tiene, no serían necesarias. Donde la necesidad constante del capitalismo de crear objetos prescindibles listos para el consumo desapareciera, junto con tan enfermizo sistema.
Así que no me hagan esas preguntas ¡por favor! No tiemblo ante la perspectiva de levantarme un día y que no funcione la tostadora, ni de que se acaben los combustibles, ni de que desaparecieran de mi vida otras supuestas comodidades, que lo único que hacen es mantenerme alejado de la realidad, ajeno al verdadero paso del tiempo, que es el día y la noche, las estaciones, y la vida en si misma, más corta o más larga, sin lamentos. Con la aceptación que da el conocimiento propio de las cosas, en una realidad compartida, donde el objetivo fuera hacer un mundo más justo y más sencillo, en el que, por supuesto, hubiera sitio para todos.
La serranía valenciana, desde hace décadas, sufre un expolio constante por parte de empresas mineras, que en busca de caolines, arcillas y otros minerales provocan grandes heridas en las laderas de los montes, con la complicidad del gobierno autonómico acaban con suelo fértil, provocando desertización, acaban con fauna autóctona, obligada a emigrar o perecer, y encima, tienen el cinismo de colocar grandes pancartas en las traseras de sus camiones, explicando como sería un mundo sin minas (ver foto)De ahí la razón de ser de este artículo.
el reverendo Yorick.
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1 comentario:
Que sería un mundo sin minas, sin armas. Nadie que las frabricara y sin codiciosos que no se mancharan las manos, encima sin la responsabilidad de dejar esa herencia a los hijos de los hijos de una guerra sin sentido, dictada por los intereses en otros parajes, donde tal o cual hoy no cenará balas.
Que sería de aquellos que se acuestan y no duermen, pues mañana recibirán otro juguetito, meses más tarde inservible, regadora de explotación (infantil o no) y dueño de miserias insalvables.
Que sería si se observarán a si mismos y despertaran sus valores de igualdad, de apoyo mutuo y cambiaran un material consumo, por el mental consumo,que no consume, más si consigue un progreso moral y humano
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