guarros...somos todos

Las calles aparecen cubiertas de despojos. Los chiquillos juegan en medio de la inmundicia. Los perros rebuscan, rompiendo las bolsas con sus dientes.
Los comentarios sobre los poblados marginales siempre son los mismos: -A los gitanos les gusta vivir así- A los rumanos resulta que también. –Que se los lleven de aquí- Cuando estos poblados marginales rozan algún pueblo o barrio de alguna ciudad. Los vecinos se manifiestan: ¡Fuera de aquí! Es el lema que más corean
En muy pocas ocasiones se opta por la integración. La solución que los municipios creen es la más sencilla es el dinero. Les dan dinero para que se vayan, les da igual donde, lo importante es que se vayan. Así creen que acaban con la basura.

Pensamos ser muy cívicos por echar la basura en un contenedor. Sacándola de nuestras casas. Eso es lo fundamental, sacarla de nuestras casas. Si no existiera servicio de recogida, también la amontonaríamos en la calle, en cualquier solar, lo más alejado posible de nosotros.
No es nada extraño en las ciudades ver la basura en cualquier parte. Si colocan un contendor para la recogida de escombros de una obra, a la mañana siguiente aparecerá en su cuarta parte llena de bolsas de basura, muebles viejos, o cualquier otro desperdicio, mientras a 20 metros el contenedor habitual, ese día solo se llenará hasta la mitad. Tampoco es raro ver caer bolsas de basura desde la altura de una vivienda, a solares que permanecen vacíos durante años en espera del beneficio especulador de sus dueños. ¿A que esa falsedad entonces? Todos somos iguales.
Hace un mes hubo una huelga de basureros en el pueblo donde vivo, dos semanas, los montones de desperdicios desbordaban los contenedores al tercer día en varios metros alrededor. ¿Qué hace la población? Simplemente sacan la basura de sus casas. ¿Les importa mucho la salubridad de la vía pública? En esos días fui a tirar el papel al contenedor de reciclaje, que curiosamente estaba vacío, sin embargo, alrededor de los contenedores, mezcladas con las bolsas de basura, muebles, plásticos y demás, había más de cien cajas de cartón que aumentaban considerablemente el perímetro de la acumulación de desperdicios. ¿No es esto otra muestra más de que todos hacemos lo mismo? Alguien podría argumentar que esto solo ocurre en barrios desfavorecidos, pero eso no es verdad, no es el caso del lugar donde vivo. Creo, además, que esta demostrado que cuanto mayor poder adquisitivo tienen las personas más se alejan de la realidad y de sus congéneres de a pie. Estoy aburrido, por ejemplo, de que cuando voy en carretera conduciendo, ser adelantado por vehículos cuyo valor no baja de 25.000 Ecus, y que sus conductores, sin ningún remordimiento arrojen las colillas por la ventanilla para no ensuciar el cenicero, que si por si alguien no lo sabe, se trata de una cajita extraíble destinadaza a almacenar colillas, cenizas, chicles y otros desperdicios que se generan durante la conducción, y cuyo vaciado debe hacerse en un cubo de basura, y no en el aparcamiento del área de descanso de la carretera. Nuestro espeso egoísmo, nos lleva a convertirnos en seres bastante guarros, la verdad, pero somos todos, pensar que en un poblado de chabolas lo son más, solo es marcar las diferencias. Por cierto, que los gitanos, marroquíes, turcos, rumanos y en general todos los pueblos desfavorecidos de la tierra, no van al Everest a practicar escalada. ¿Quién ha dejado allí las toneladas de basura que hay?
La realidad de todo esto, es que nos importa bien poco lo que ocurra con nuestra basura, mientras esté bien lejos de nosotros, la cosa es, que de seguir así, algún día acabará entrando por la ventana.



El reverendo Yorick.

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