Eternamente Isidoro


 

Aparece cada cierto tiempo, con el gesto severo. Insatisfecho con el rumbo que toman sus herederos, como un padre intolerante que se niega a otorgar un relevo generacional más que necesario. Continua postulando y señalando con el dedo, como un iluminado que descendiera directamente de un dios. Isidoro, el eterno gestor de nuestros destinos que defiende su feudo como un gorila en celo, mostrando su rabia simiesca y lanzando destelladas a su alrededor. En él se condensan todos los defectos de una vejez mal llevada, decrepita podría decirse, su ideario de mercader hecho al engaño congelado en el tiempo tiene el tufo rancio de un armario mal ventilado. Isidoro carga una maleta de cuentas pendientes que el sabe poner a buen recaudo. Esta claro que la venganza no será de este mundo. Seremos testigos de su paso por la historia entronizado en el altar de la política más zafia, le veremos aun protagonizando apariciones donde peinará su ego riéndose en nuestras barbas. Como su pariente homónimo Zaius del Planeta de los Simios, seguirá guardando las verdades bajo vomitonas de mentiras con el objeto de perpetuar su legado y seguir pisándonos con sus pies de trepador de arboles en busca de plátanos, venido a más. Isidoro me debe una desde hace años, solo queda soñar con poder cobrar esa deuda y yo espero poder hacerlo quizás bajo la estatua reventada de la libertad, a la que él tantas veces humilló.


El reverendo Yorick.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como siempre, el Reverendo acertadísimo.