LA GUERRA DE LOS POBRES


LA GUERRA DE LOS POBRES

ÉRIC VUILLARD

4 mayo de 1968. LYON. Francia

 

         El espíritu que animó a aquellos valientes interpela incisivamente la realidad de nuestros días: hoy como ayer, los desheredados, aquellos a los que ataño se le prometía la igualdad en el Cielo, se preguntan: ¿y por qué no conseguir la igualdad ahora, ya, en la Tierra?

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THOMAS MÜNTZER (1489-1835): A su padre lo habían ahorcado. Había caído al vacío como un saco de grano. Tuvieron que cargarlo a hombros por la noche, y después enmudeció, la boca llena de tierra. Entonces todo ardió. Los robles, los prados, los ríos, los galios de los taludes, la tierra pobre, la iglesia, todo. Él tenía 11 años.

         A los 15 años de edad, había fundado una liga secreta contra el arzobispo de Magdeburgo y la Iglesia de Roma…

         Cursó estudios en Leipzig, luego se hizo cura en Helberstadt,…salió de su agujero en 1520, cuando fue nombrado predicador de Zwickau…

         La gran controversia la suscitaba predicar un bautismo voluntario y consciente. Bueno, es que resulta un tanto anticuada esa idea de bautismo, ese racionalismo de locos furiosos, ese Aufklärung del copón. Pero en realidad es una reacción a la corrupción de la Iglesia, a la irracionalidad de la doctrina y de los sacramentos…

         Él habla. Se le escucha: “No podéis servir a Dios y a las riquezas”… Y le escuchan. Y se remueven las pasiones, porque los tejedores son conscientes  de que, si se tira del hilo, detrás irá todo el tapiz…Entonces comienzan a decirse que les han mentido… No se entendía por qué el Dios de los mendigos, crucificado entre dos ladrones, necesitaba tanta pompa, por qué sus ministros necesitaban tanto lujo, a veces eso les hacía sentirse incómodos.

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         A John Wyclif (1320-1384) se le ocurrió la idea de que existe una relación directa entre los hombres y Dios. De esa primera idea se desprende, lógicamente que todo el mundo puede guiarse por sí solo gracias a las Escrituras.

         Propuso que se designara a los papas por sorteo. Ya puestos a discurrir locuras, declaró que la esclavitud es un pecado. Luego afirmó que el clero debía vivir en lo sucesivo conforme a la pobreza evangélica… Y, como colofón, concibió su más terrible idea, y propugnó la igualdad entre los hombres.

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         Wat Tyler (1341-1381): Llega el recaudador a su casa, mientras él está cortando leña. El recaudador se cobra con su hija de quince años, violándola…

         Wat Tyler corre por la colina atajando por el bosque para dar alcance al recaudador… Llega el jinete, Wat se arroja al camino, alza el brazo ¡y golpea! El martillo quiebra el cráneo… Otro golpe en la espalda, en el fulgor árido del día. Espina dorsal rota…

         Entonces los campesinos de Kent se sublevan a su vez. Wat Tyler se pone a la cabeza del grupo y juntos se encaminan a Maidstone… En el trayecto, capturan al arzobispo y se lanzan al asalto de la Torre de Londres…

         Airados los campesinos arrancan a los jueces de sus lechos, los arrastran a la plaza pública y los decapitan… Robert de Hales, el lord ministro del Tesoro, es decapitado a su vez, junto a otros altos personajes. Cada cabeza es colgada en el puente de Londres, por encima de la puerta del sur, en lo alto de una pica…

         Así, desde los cuatro rincones del imperio surgieron hordas de menesterosos. Müntzer cantaba, la multitud acudía… Luego aparecieron los obreros de las ciudades, los locos, todo el campesinado se sublevó bruscamente… Cundió un gran terror entre los nobles y los burgueses. Las mujeres abandonaban sus hogares, los niños caminaban campo a través en pos del Espíritu Santo.

         Müntzer estaba casado; de su mujer apenas sabemos nada. Sabemos que había sido monja y que abrazó su causa y que, después del desastre, de los grilletes y de los ojos reventados, salvó la vida…  

         Müntzer va a morir ahora. Va a morir. Tiene treinta y cinco años. Su ira lo ha llevado allí. Le han retorcido el cuerpo: los brazos, las piernas, sangra. Está exhausto…

         De repente cae el hacha y troncha el cuello…

         La juventud nunca se acaba, el secreto de nuestra igualdad es inmortal, y la sociedad, fabulosa. El martirio es una trampa para los oprimidos, solo es deseable la victoria. Yo la contaré.

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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)



 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para complementar, léase la novela "Q"

Anónimo dijo...

A Anónimo le agradezco la recomendación. Me habían hablado de ella. Aunque me da un poco de cosa por lo extensa que es, prometo leérmela, si me da tiempo. Gracias-
EL BOBO DE KORIA

Anónimo dijo...

Lo que menos me agrada de Vuillard es que, aunque conciso, o quizás por eso, se echan de menos muchas más páginas. No obstante, buenísimo.