VACACIONEROS


A llegado a nuestros oídos la noticia de que un nuevo engendro televisivo se está pertrechado. El castigo catódico tiene por objeto acabar con la temida depresión post-vacacional, y se trata, ni más ni menos, de animar a los participantes, a hablarnos de sus vacaciones, comparar las instantaneas más payasas o divertidas de sus felices días estivales, hacer una narración pormenorizada de la preparación de las mismas, de sus modos de ahorro y los sacrificios realizados durante todo el año para lograr llegar lo más lejos posible...

Si amigos, una nueva realización que dará si cabe, más motivos para lanzar el televisor por la ventana. Hay que decir que el culpable de la filtración de lo que se nos viene encima, es nada menos que el guionista y creador de la idea, que por cierto fue despedido a los pocos días de presentar su proyecto, ya que originariamente, la intención del programa era cultural, con unos toques humanos, al narrar por ejemplo, la congoja, de quién ha soñado toda su vida con visitar digamos, el Panteón de Roma, y de repente se encuentra dentro de él, abrumado por la grandiosidad del edificio, su belleza, y su magnificencia. El proyecto original, contaba entre sus visitas y narraciones, la contemplación de la Piedad de Miguel Angel, la gruta de Altamira, el Partenón, etc. Pero no, eso fijo que no interesaba a nadie, es más beneficioso, poner de manifiesto una vez más, la estulticia humana, de mano de una familia de descerebrados "siudadanos" de Móstoles, haciéndo un seguimiento de sus vacaciones en Pisa, disfrutando de las ocurrencias del padre de familia, de la ignorancia de los hijos, y de la buena madre y señora del hogar, robando las toallas del hotel.

Ya se pueden imaginar la que se nos viene encima, gritos, sandeces, humor grueso, fotos espeluznantes...y todo para hacer causa común, para recalcar, que todos, todos toditos, nos vamos de vacaciones, disfrutamos de eses periodo merecido, y tenemos derecho a pisar con nuestras sandalias de mercadillo los salones de Versalles, aunque para ellos sea necesario  tragarse horas y horas de colas en aeropuertos, estaciones, vestíbulos de hotel, un años a base de caldos y salchichón barato.
Todo habrá merecido la pena, con tal de haber disfrutado las vacaciones más caras, lujosas y con más glamour de toda la escalera, para envidia de nuestro pueblo, que se clavaran las uñas en las palmas de las manos, mientras sonríen forzadamente, mientras contemplas las aberrantes  fotos de sus "amados" vecinos en el televisor...

el reverendo Yorick












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