CALLE DE LOS LADRONES


CALLE DE LOS LADRONES
MATHIAS ÉNARD

11 enero de 1972. NIORT. Francia

         …di con un camión para volver a Tánger, y con un buen tipo que me dio la mitad de su almuerzo y un guantazo porque me negué a servirle de mujer…
--
         En la televisión se veían las protestas en Egipto, en Túnez, en Yemen, la revuelta en Libia. No está ganado, pensé. Primavera Árabe, los cojones, eso va a terminar a porrazos, acorralados entre Dios y la pared.
--
         Si todos los reclutas del jeque Nauredine son tan fáciles de manipular como Basam, la victoria del islam puede esperar, pensé.
--
         No me acuerdo si unas semanas más tarde evocamos la evacuación de los Indignados que ocupaban la plaza Cataluña en Barcelona, cazados como una bandada de palomas por unas cuantas furgonetas de polis y sus porras, supuestamente para que pudiese celebrarse la victoria del Barça: eso sí que era indignante, que el fútbol le gane la mano a la política, pero al parecer nadie protestó realmente, en su fuero interno la población reconocía que el logro de su club era en sí mismo una hermosa fiesta dela democracia y de Cataluña, una Gran Noche que convertía la de la Indignación en una cantidad despreciable.
--
         Decía en voz baja si quieres mi opinión, todo eso es por culpa de la religión, que Dios me perdone. Si no existiese la religión, la gente sería mucho más feliz.
--
         …los subsaharianos, los moros, los nigerianos y los ugandeses se encontraban en Madrid o en Barcelona, dispuestos a probar fortuna en un país donde el paro era el más elevado de toda Europa; las chicas se hacían putas, los hombres acababan en campamentos clandestinos y miserables en el campo, en Aragón o en La Mancha…
--
         MI calle era una delas peores del barrio, una de las más pintorescas si se quiere, respondía al nombre florido de carrer Robadors, calle de los Ladrones, el quebradero de cabeza del Ayuntamiento del distrito; calle de las putas, de los drogadictos, de los borrachos, de los perdidos de todo tipo…
--
         Había descubierto el vino. Un pecado, cierto, no lo niego, pero uno de los más placenteros y el más barato: según la botella que escogía, me costaba entre un euro cincuenta y tres euros. El poderoso reino de Marruecos tasaba los alcoholes sin piedad, allí tenía que contentarme con café con leche; aquí la bella España ponía el fruto de sus vides al alcance de todos los bolsillos.
--
         De forma que la huelga fue un éxito inmenso para los sindicatos (ochenta por ciento de huelguistas, cientos de miles de manifestantes) pero también para el gobierno: no tuvo que tocar ni una coma de sus políticas, y no propuso negociar, ni siquiera un solo punto.
--
         Para luchar con la competencia hacen falta esclavos, esclavos católicos y contentos de su suerte. Los descontentos no deberían votar.
--
         Tal vez nuestras vidas valen para un solo instante, un solo momento lúcido, un solo segundo de coraje.
--
EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)


No hay comentarios: