ESPAÑA DE MIERDA
ALBERT PLA
1966. SABADELL. (Barcelona)
-Malditos curas, han hecho más daño a
este país que los mismísimos Borbones –continuó Tito. Estaba de buen humor,
como Julián.
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-Como empresarios (los curas) son
geniales: se han enriquecido durante veinte siglos vendiendo un producto que no
existe. Picos de oro. Y luego, claro está, han tirado de pico y pala, y de
oración y ladrillo, erigiendo altares, colgando crucifijos con hilo
musical de campanario.
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Por una razón que solo podrían entender
los argentinos y los uruguayos, Raúl quería ver la famosa casa de las Conchas
de Salamanca. Le parecía chistoso el nombre.
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Cabe recordar que los mandatarios
españoles siempre se cuidaron mucho de evitar en lo posible la educación delos
ciudadanos. Ser ministro de Franco era mérito suficiente como para ser
investido doctor honoris causa. Y ser
hijo o nieto de ministro franquista, o lo que es lo mismo, ser ministro del
Partido Popular, era otro motivo. Algún deportista y algún banquero también
fueron premiados.
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¡Me voy a cagar en todos los muertos!
¿Has visto alguna vez tantos obispos, cardenales, reyes, duques, condes y
gentes de mal vivir juntas? ¡Los grandes genocidas de la historia de este país
están retratados aquí! ¡Esta mierda de museo es el puto túnel del terror!
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Entre el dinero que pagaba a los de
Opus y su obra social, tenía el Cielo ganado. Se pasaría la eternidad en el
Cielo, tumbado en una nube, rodeado de angelitos. Él les daría palmaditas en el
culito y les acariciaría las alas. ¡Que viva Jesucristo! Ser católico y rico
era fantástico.
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Tito pensaba que la guerra la habían
perdido los buenos, o sea, los franceses.
-Gracias a esta mierda de sitio y a la puta
de Agustina de Aragón perdieron la guerra los franceses. Por su culpa, tuvimos
que soportar la vuelta de los Borbones, al imbécil de Fernando VII y a sus
descendientes, que eternizaron para siempre la monarquía.
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-Me cagon…
Esta vez Tito no se cagó en la puta ni
en Dios. Se cagó encima. Se quedó lívido al ver los esqueletos amenazándole. Su
cara estaba totalmente desencajada de terror. Y se cagó encima.
-Mierda.
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Tito, que estaba siendo aplastado
literalmente por la muchedumbre, se estaba rascando los huevos con cara de
felicidad. Sus ojos estaban en paz. Miraba a algún punto perdido en el cielo
con cara de extasiado.
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EL
BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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