LA SANGRE DE LOS LIBROS


LA SANGRE DE LOS LIBROS
SANTIAGO POSTEGUILLO

1967, VALENCIA


         La buena literatura de verdad, la que nos hace palpitar, la que nos emociona y nos transporta a otros mundo, la que nos parece más real que la realidad misma es la que está escrita, palabra a palabra, verso a verso, página a página, con sangre en las sienes, en las manos y en el alma.
Del prólogo
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         Apartó la carta de Agripa, tomó uno de los papiros que había traído Varo y empezó a leer la última obra de Virgilio.
         Leyó durante horas, sin parar.
         El emperador Augusto ordenó a Varo que no se cumpliera el deseo de Virgilio y que aquel extenso poema no fuera quemado sino, al contrario, que se editase bien y se diera a conocer al mundo. Acababa de salvarse la Eneida, el gran poema épico de Roma, equiparable a la Ilíada y la Odisea. Un texto clave en la literatura occidental.
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         Francisco de Quevedo era hombre asaz osado, gran poeta, ingenioso en extremo y capaz delos más mordaces juegos de palabras. De hecho, la frase “entre el clavel y la rosa, su majestad escoja” ha pasado a la historia como el calambur paradigmático. (…)
         Cómo echo de menos a Quevedo en estos días, su valor y su inteligencia. Si él estuviera aquí sería capaz de dirigirse a los próceres de la gran nave de la Unión Europea en la que navegamos a la deriva y sin rumbo: en particular a los gerifaltes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Él si sería capaz de decirles a la cara a estos insignes “capitanes de barco” verdades como puños con magnífico se irrepetibles juegos de palabras… (…)
         A mí sólo se me ocurriría reunir a estos líderes europeos y grandes banqueros internacionales que piensan más en las finanzas que en las personas: los invitaría a cenar en algún lugar de postín, un buen asador donde, eso sí, me permitiría mirarlos a la cara, directamente a los ojos, para anunciarles alto y claro cuál iba a ser el menú del asador en cuestión para esa cena:

         -¿Menú: dos cabritos, que sois
         merecedores de esto y mucho más!
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         Toda esta relación entre las bandas de heavy metal y la poesía romántica inglesa o española me la han enseñado, por supuesto, mis estudiantes. ¿Cómo quieren que deje de dar clase con lo mucho que aprendo cada día?
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         A Emily Dickinson los signos de puntuación le importaban un pimiento y que las mayúsculas están para destacar lo que se quiere destacar, para las cosas importantes. La vida para ella no estaba hecha de puntos y comas, sino de esas líneas intermitentes entre las que ella insertaba palabras mágicas. (…)
         Emily fue perdiendo la vista poco a poco (…), pero parecía que cada vez veía con más nitidez el alma compleja de la humanidad. Leer a Emily Dickinson es mirar muy adentro de uno mismo. A veces puede dar vértigo.
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         He oído a cierta gente preguntar: “¿Qué es un poeta normal?”. La respuesta es sencilla: un poeta normal no tiene sentido. El mismo hecho de ser poeta excluye la normalidad. Ningún hombre normal, ningún hombre “ordinario” es un poeta, (…) El genio no puede coexistir con un intelecto común. El genio consiste en una asociación de ideas anormalmente.
FERNANDO PESSOA
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)



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