Las
creencias religiosas son fantasiosas y difícilmente creíbles, de ahí la
importancia del adoctrinamiento continuado desde la infancia. Los ritos y las
liturgias tienen esa función, reafirmar la fe, impedir el análisis de lo que se
afirma. Si, como decía Goebbels, “una mentira repetida mil veces se convierte
en una verdad”, una frase, una oración, un gesto, puede acabar teniendo un significado para que la quienes
han obligado a repetirlo mil veces. Además, no se cree a pesar de que sea
absurdo, sino, como sostenía Tertuliano,
precisamente porque es absurdo. Por tanto, de nada vale esgrimir
argumentos racionales para discutirlos. Por esa razón el arma más eficaz contra
todas las religiones es el humor, ya que permite situarse en un plano de la
discusión inesperado y para el cual ya no resulta válida la repetición mecánica
del discurso, de ahí la indignación y la furia. El humor evidencia sus errores
y desvela la auténtica naturaleza ridícula y absurda de sus planteamientos.
Como ya se ha dicho en alguna ocasión, si no quieren que nos riamos de sus
creencias que no tengan unas creencias tan graciosas.
-Del
artículo publicado en la revista “AL MARGEN”- MIGUEL HERNÁNDEZ ALEPUZ
(ASSOCIACIÓ VALENCIANA D´ATEUS Y LLIUREPENSADORS (AVALL)
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Los tontos
constituyen un grupo humano cada vez más numeroso. Se trata de individuos
perfectamente normales hasta que interactúan o abren la boca. Un tonto nunca
acepta los errores ajenos porque está incapacitado para reconocer los propios y
suele pavonearse de su propia estupidez con expresión inteligente. Alardean de
su ignorancia con énfasis, como si les fuera la vida en ello, y buscan
complicidades y asentimientos con facilidad mesiánica. Pueden clasificarse por
categorías: lo hay del bote, del culo y los superlativos, aquellos que son
tontos de remate. Estamos rodeados de ellos y hasta nosotros mismos podemos
llegar a adquirir esa condición por breves espacios de tiempo. Nadie está libre
de esta epidemia tan recurrente.(…)
A medida que
la sociedad se idiotiza resulta cada vez más complicado encontrar un público
objetivo que sea receptivo a mensajes que no sean del género tonto. Todo lo que
se transmite ha de ser ligero, simple e infantil. El maniqueísmo es una sal de
frutas que previene la digestión pesada que provocaría la exposición de una
reflexión mínimamente elaborada. Todo ha de ser blanco o negro, bueno o malo,
para que se entienda y logre adhesiones. A este asesinato del gris como color y
de los matices es a lo que algunos llaman hablar claro.
No resulta
sencillo sustraerse a esta tendencia. La estolidez y la estulticia están
firmemente asentadas. Quienes se resisten son kamikazes que circulan en
dirección contraria, candidatos ideales a estrellarse contra un mundo que cree
que la libertad está en el mando a distancia de la tele y que la igualdad está
sobrevalorada. Los tontos son mayoría. Están en las principales noticias del
día. Son ellos y no los mansos quienes heredarán la Tierra. Bienaventurados
sean.
JUAN CARLOS
ESCUDIER – (De un artículo del diario Público: “BIENAVENTURADOS LOS IDIOTAS”
7-1-2019)
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Otra mancha
inocultable es el apoyo que todas las dictaduras de derechas han obtenido de la
Iglesia Católica. Desde el genocida Franco, al que la Iglesia Católica no ve
inconveniente en inhumar en la catedral de Madrid, hasta los dictadores de
numerosos países han tenido el apoyo o la connivencia de la jerarquía católica,
incluyendo el silencio cómplice de la barbarie nazi. No en vano el Vaticano fue
posible gracias al apoyo de la Iglesia a Mussolini.
PEDRO LÓPEZ
LÓPEZ – (PÚBLICO -19-10-2018)
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EL BOBO DE
KORIA (RECOPILADOR)
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