SOBRE EL BICHO
De un artículo de JUAN CARLOS ESCUDIER.
PÚBLICO 13-3-2020
Tiene bemoles que haya tenido
que ser China la que brinde lo que Europa no ha ofrecido y que países como
Italia o ahora España comiencen a recibir envíos de material sanitario y asistencia
técnica para afrontar lo más duro de esta empinada subida en el número de
contagiados y fallecidos mientras en Bruselas se silba el only you. La
ausencia de la Unión es tan clamorosa que ni siquiera se ha dejado ver en los
estímulos económicos que el bloque necesita y necesitará cuando la situación se
normalice. Esa solidaridad de la que se presume, la misma que sumió a Grecia en
la indigencia y hundió a las economías del Sur, es un eslogan publicitario tan
falso como los billetes de siete euros. A ese engendro inane le encaja como un
guante la definición que Napoleón hizo de Talleyrand, ese brillante reptil al
que tuvo como chambelán: una mierda con medias de seda. (…)
¿Es mucho pedir que Europa
funcione como un espacio común de solidaridad y de asistencia mutua, o que
nuestros dirigentes políticos dejen de hacer electoralismo en esta encrucijada
y se muestren unidos en la lucha contra la pandemia y en cómo afrontar sus
consecuencias económicas para proteger a los más vulnerables? ¿Seremos capaces
de mantener la necesaria disciplina para no contribuir al caos? Un bichito pone
a todos a prueba. Que los creyentes recen.
--
De un artículo de CRISTINA MONGE. INFOLIBRE
16-3-2020
En la parte rica del mundo,
ahora en shock, es hora de reconocer que estamos acostumbrados a externalizar
todo lo que nos molesta: los residuos que generamos a diario, las hectáreas
para el cultivo de transgénicos, la contaminación de nuestro modo de vida… Como
describe Stephan Lessench en La sociedad de la externalización: "Las
sociedades ricas y altamente industrializadas de este mundo deslocalizan los
efectos negativos de su actividad trasladándolos a países y personas en
regiones del mundo más pobres y menos 'desarrolladas'". Este virus,
sin embargo, no podemos externalizarlo, es imposible arrojarlo a las periferias
de la globalización. No sólo eso, sino que ahora es a nosotros a quienes
se nos prohíbe la entrada en algunos países, se nos practican pruebas médicas o
a quienes se interrumpe el tráfico aéreo y marítimo.(…)
El Occidente que presumía de
satisfacer cualquier deseo de inmediato queda puesto en cuarentena, y con ello,
entra en estado de shock. (…)
En la administración de esta
crisis el sistema puede recuperar la legitimidad que perdió en 2008. Para
ello, la política y los que la representan deben erigirse en protectores
del bien común. De la ciudadanía, entendida individualmente y en su
conjunto. Es decir, de la salud de las personas y de la sociedad. Si en lo
primero bastará con que pongan a disposición de médicos y expertos los medios
necesarios, en el cuidado de lo colectivo es imprescindible atender de forma
prioritaria a los más vulnerables, en cualquiera de los sentidos, y actuar de
forma decidida para evitar mayor desigualdad…
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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