¡Pobres de aquellos entre
los cuales el primer señor no es más que el primer servidor!
Donde veo bondad veo
debilidad. Son redondos, justos y bondadosos los unos para con los
otros; como lo son los granos de arena para con los granos de arena.
Lo que llaman resignación no es más que contentarse con una pequeña
felicidad. Realmente, sólo buscan una cosa: que nadie les haga daño.
Por eso son amables con todos y hacen bien a todo el mundo. Pero eso
no es más que cobardía, aunque lo llamen virtud. Y cuando quieren
hablar con dureza, yo sólo los encuentro roncos; pues,
efectivamente, la menor ráfaga de aire les enronquece. Son astutos y
sus virtudes tienen los dedos ágiles; pero como no tienen puños, no
pueden esconder los dedos en ellos. Consideran que virtud es todo lo
que amansa y domestica; así han conseguido convertir al lobo en
perro, e incluso al hombre en el mejor animal doméstico del hombre.
“Nosotros nos situamos en el centro, dicen, haciendo aspavientos, a
igual distancia del gladiador moribundo que del cerdo satisfecho”
Pero eso es mediocridad, aunque lo llamen moderación.
F.N.
No hay comentarios:
Publicar un comentario