INFECTADOS DE IMBECILIDAD
Extraído de un artículo de JUAN CARLOS ESCUDIER- PÚBLICo.es, 3-02-2020
Mucho más contagiosa que el
coronavirus chino es la estupidez humana, una pandemia incontrolable que, sin
presentar síntomas, es capaz de extenderse a toda leche por vía área, marítima
y terrestre. Culpan a los medios de propagar el pánico sobre esta nueva versión
de la fiebre amarilla con sus ‘reporteros de guerra’ enmascarillados en la zona
cero del bichito y sus constantes balances de infectados, pero de nada valdría
la mecha sin esa pólvora que somos todos y nuestra disposición a estallar con
la chispa adecuada. Ya decía Einstein que dudaba de la infinitud del universo
pero que de la estulticia de nuestra especie estaba completamente seguro.(…)
Hoy lo que nos aterra es que
nos estornude un chino en el metro porque muy probablemente haya desayunado
murciélago con cereales y haya firmado a lo tonto nuestra sentencia de muerte.
Los europeos somos muy dados
al etnocentrismo, que es la fuente principal de la xenofobia, y tendemos a
pensar que la culpa de las epidemias que nos acechan siempre es de los otros, hasta
el punto de que nos hemos pasado cinco siglos atribuyendo a los pobladores del
Nuevo Mundo la propagación de la sífilis vía hermanos Pinzones, que eran unos
marineros, cuando, en realidad, esta venérea ya habitaba entre nosotros
disfrazada de lepra. Así que responsabilizamos a los africanos, que por algo
son negros, del ébola o del sida, y a los asiáticos, amarillos todos, de estos
nuevos virus, y si nos apuran encontraríamos un origen extranjero a la viruela,
el sarampión o a la peste bubónica, que sería atribuible a algunas ratas
inmigrantes porque las nuestras eran limpias a más no poder.(…)
Aquí, como es de dominio
público, no somos racistas y sentimos verdadera devoción por los foráneos
siempre que lleguen con los papeles en regla y uniformados para el servicio
doméstico o acepten trabajar por la voluntad en vez de por el salario mínimo en
algún invernadero de fresas. Pero no es descartable que una cosa lleve a la
otra y que del temor a ser infectados pasemos al cordón sanitario a los Wang o
a los Liu, por no hablar de los Zhao que también son legión. Nuestra
imbecilidad no se contentará con hacer de oro a los fabricantes de mascarillas.
(…)
A diferencia del 2019-nCoV,
se confirma que la estolidez es indetectable al microscopio y carece de un
genoma que pueda ser descifrado.
A medida que aumente nuestra
angustia exigiremos medidas más contundentes que el aislamiento y las
cuarentenas. Extraña ya a estas alturas que Vox se demore tanto en incluir a
los orientales en su interminable lista de enemigos declarados de la patria. Lo
único que nos conforta es que Ortega Smith & Wesson ya ha empezado a
practicar en tirantes y pegando tiros con un fusil de asalto. Que tiemblen el
Daesh y los chinos con unas décimas de fiebre.
--
EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
No hay comentarios:
Publicar un comentario