EL DESBARRANCADERO
FERNANDO VALLEJO
24 octubre de 1942.
Medellín, Colombia
¡Que chaparrón de
bendiciones el que nos llovió! Esa mañana andaba Su Santidad más suelto de la
manita que médico recetando antibióticos.
Pero no, estaba
ligado a ella por el grillete de una felicidad obnubilada. Un grillete que
dizque se llamaba “amor”.
Y seguí buscando a la Muerte por todos los
rincones de la casa hasta que la encontré atrás, abajo, en la escalera:
-Puta que te vas con
todos, ¿cuándo te vas a llevar al Papa?
Ni médicos ni curas
soporto yo. Ni policías ni burócratas ni policías, etcétera, etcétera.
Las cucarachas se
desprendían de las paredes aniquiladas por la inanición; como rociadas con
Flit, pero no era física hambre. Caían las pobrecitas patasarriba y sus almitas
viscosas dejaban este valle de lágrimas.
¿Y para qué trajo
entonces semejante chorro de hijos a este mundo sacádolos de la paz del otro,
de la imperturbabilidad del notiempo, también llamado eternidad?
-¡Putas madres!
–exclamó-. Vajinas delincuentes que no castiga la ley. ¿Van a seguir pariendo?
¿Gaviritas, Samperitas, Pastranitas, senadores, gobernadores, ministros,
ciclistas, futbolistas, obispos, curas, capos, putas, papas?
Por lo pronto,
mientras se muere el que se tenga que morir, me limpio el culo con la nueva
Constitución de Colombia y sus ciento ochenta erratas, que es con las que la
expidieron nuestros señores Constituyentes, hijos todos y a mucho honor de sus
putas madres.
Mi tesis: que entre
papas y presidentes y granujas de su calaña, elegidos en cónclave o no, a la
humanidad la llevan como a una mula vendada con tapaojos rumbo al abismo.
En todo niño hay en
potencia un hombre, un ser malvado. El hombre nace malo y la sociedad lo
empeora. Por amor a la naturaleza, por equilibrio ecológico, para salvar los
vastos mares hay que acabar con esta plaga.
Mírense en el espejo
antes de copular, de engendrar, de concebir, de parir, cabrones, ¿o es que tienen miedo de que se les pierda el molde?
Las mujeres además,
tienen tendencia a conservar lo que les sale por la vagina. Y abajo España,
país de cagatintas, masa cerril,
arrodillada, que fuiste capaz de gritar un día: “¡Vivan las cadenas!”.
…proliferando,
reproduciendo en la ceguedad de unos genes la plaga humana convencidos de que
el que se reproduce no muere porque sobrevive en su descendencia. ¡Pendejos!
¡Cuál Dios, cuál
patria! ¡Pendejos! Dios no existe y si existe es un cerdo y Colombia un
matadero
Ah, y nos dejó
también la honradez, que sirve pa lo que sirven las tetas de los hombres.
Ali Agcka, hijueputa,
¿por qué no le apuntaste bien?
-¿Cuántos hijos de
puta estarán naciendo en estos momentos? –me pregunté.
-Vivir es negocio
triste –pensó mientras orinaba-. Los momentos de felicidad no compensan la
desgracia.
EL BOBO DE KORIA
(RECOPILADOR)
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