CONFESIONES
DE UN ARTISTA DE MIERDA
PHILIP K.
DICK
16 diciembre de 1928. CHICAGO. Esttados Unidos
2 marzo de 1982. SANTA ANA. Estados Unidos
Y
son esos patanes los que dirigen este país y sus industrias más importantes, el
ejército y la marina, de hecho, todo. Para mí
es un misterio eterno.
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Desde
luego, el problema radicaba en tener a un necio como Jack en tu camino todo el
tiempo.
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Si
ella lo sabía, entonces se equivocaba en ordenarle como si fuera un rasgo
secreto que él le hubiera ocultado para destaparlo una vez que se hubieran
casado.
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-Tiene
la mente de una niña –señaló Charley-. Si quiere algo, va por ello. No acepta
un no.
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¿No
se trataba de un patrón histórico entre hombres y mujeres? Las mujeres obtenían
la ventaja de forma indirecta, por medio de la astucia.
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Desde
luego es un asunto muy poco revolucionario, conservador. El matrimonio es un
asunto muy conservador.
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Era
evidente que el grupo de los platillos volantes esperaba ser evacuado al
espacio exterior antes de que tuviera lugar la calamidad que jamás oí en toda mi vida: la verdad.
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Entonces
dieron las doce. Charley no había regresado a la vida. Y era el veinticuatro de
abril. El mundo no había acabado.
Jamás
en mi vida estuve tan desconcertado. (…)
Comprendí
que, sencillamente, ya no quedaba duda: el grupo había estado equivocado. (…)
No
me extrañaba que Charley me hubiera dejado mil dólares para psicoanálisis. De
verdad que me encontraba al borde del precipicio. (…)
Es
una psicópata. Para ella, las personas no son más que objetos que puede manejar
a placer. Tiene la mente de una niña de tres años. ¿Es eso cordura?
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EL BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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