TRES, CINCO Y SEIS
XUE XINRAN
1958, Pekín
Y así fue como Tres empezó a trabajar
en el restaurante Tonto Feliz, un local de comida rápida que ese mismo año
había abierto el hermano pequeño de Guan Buyu,…
Y tampoco escupáis en el suelo ni os
limpiéis los mocos en las paredes o en los troncos de los árboles…
Lo que allí contempló la dejó
horrorizada. Vio a una niña de unos quince años, que no tenía pantalones que
ponerse a pesar de que ya habían empezado a soplar los vientos del otoño, y vio
a niños que lloraban por un pedazo minúsculo de batata. La familia con la que
se alojaron estaba desesperada porque las ratas habían roído el billete de diez
yuanes –los ahorros de todo un año- que con todo el cuidado del mundo habían
guardado en una vasija de barro enterrada debajo dela cocina.
El padre y la madre de Seis ya eran
objeto de burla en la aldea por el hecho de no tener hijos varones, si, encima,
se descubría que Seis había visto una película indecente, la familia estaría
definitivamente acabada.
Meng no se sintió capaz de decirle a
Seis que, en su opinión, las zonas rurales de China llevaban quinientos años de
retraso con respecto a la ciudad.
Ahora China quiere una democracia, pero
¿cuánta gente entiende de verdad qué significa democracia? ¿Existe de verdad la
democracia en Occidente, con tantas bandas de delincuentes, tantas guerras
religiosas y tantos gobiernos que emprenden ciertas medidas sin tener en cuenta
la oposición del pueblo?
Al fin y al cabo, ¿acaso su padre no
había “tomado” a su madre? ¿Yen qué se había convertido la pobre? Era como si
su padre hubiera salido un día y se hubiera procurado una herramienta para
tener hijos, coser, cocinar, hacer las tareas de la casa, criar a los cerdos y
dar de comer a los perros, aparte de soportar malos tratos y privaciones.(…)
Su madre era la mujer más competente de
la aldea y, sin embargo, su vida no era agradable. Se la consideraba por debajo
incluso de los animales, por el simple hecho de no haber tenido hijos varones.
En las zonas más remotas de China,
asoladas por la pobreza, las niñas no tienen más valor que los burros, los
caballos, las vacas o los gansos.
EL
BOBO DE KORIA (RECOPILADOR)
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