“Por supuesto”, dijo Z., “toda nación
necesita relatos fantásticos sobre los que edificar su historia. El templo
destruido, la doncella en la hoguera, la batalla de Kosovo, los partisanos en
los bosques…., para eso, el colectivo no necesita ningún novelista. Pasando por
alto los hechos, la nación se inventa lo que le viene bien y se lo cree. En
vano intentan arqueólogos e historiadores sacarla de sus error”.
REFLEXIONES
DEL SEÑOR Z. – H. M. ENZENSBERGER
Resulta altamente recomendable andarse
con mucho cuidado cuando personas uniformadas se preocupan de nuestro
bienestar. Se lo digo a todos los que temen por su seguridad: ¡guárdense de los
escoltas y eviten a las gustosamente llamadas fuerzas del orden! Tienen que
saber que esas personas no están ahí para protegerle a usted, y que nunca jamás se preocuparán por su seguridad. ¿Cómo distinguir a los vigilantes de los hooligans y
alborotadores? Es algo que no sólo resulta difícil en Siria, Irán o Rusia, sino
también cerca de usted.
REFLEXIONES
DEL SEÑOR Z. – H. M. ENZENSBERGER
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