Sepan de antemano el
terrible esfuerzo que ha tenido que hacer el autor, para terminar
este trabajo; el aspecto lamentable y demacrado que presentaba la
mañana que acudió a nuestra destartalada redacción para entregar
su trabajo. Juró que dejaba el oficio, que a partir de ahora se
dedicaría a trabajar de temporero agrícola viviendo en galpones de
chapa y uralita, antes que acercarse de nuevo a una máquina de
escribir. Confesó llorando que antes que volver a enfrentarse con
las biografías y obras viscosas de sus bestias se arrancaría los
ojos.
Nosotros, que ya hemos
visto de todo, atravesando nuestra cochambrosa puerta, le consolamos
con unas palmaditas en la espalda, con su misérrimo estipendio, y le
animamos a tomarse unas vacaciones, donde recuperara el gusto y el
placer por las letras.
Aunque es de justicia
recalcar, que el solo hecho de corregir su trabajo, produce unas
nauseas tremendas. Nunca en la historia del planeta, se han visto
criaturas más repulsivas y miserables. De todas las legiones de
trepas, aprovechados y lameculos, los que ostentan la pluma al
servicio de intereses dañinos, o al mejor postor, son los peores.
De modo que sobre estas
alimañas va este bestiario: Abnegados y manipuladores junta-letras
al servicio del régimen que los crea y los mantiene. Extendiéndose
como una plaga dentro de toda la paleta informativa; aparte de su
pútrida e insulsa producción literaria, suelen arrimar sus
excrecencias en dominicales, periódicos, radios, y últimamente se
prodigan también en tertulias televisivas de hediondo y sospechoso
ideario.
Injustamente se crea una
nómina fija de literatos mojigatos, que acaparan todos los premios,
dando la impresión de que solo ellos, tienen la palabra, y que esta
es la buena, la de verdad, la suya. Mejor dicho: la que les dictan,
con el fin de unificar el pensamiento y manipular a una sociedad
predispuesta a creerse todo lo que les cuentan.
El Bestiario:
1.
Empezamos esta penosa
andadura por el mundo oscuro, de la mano de uno de sus representantes
más sibilinos. Presentado en el mundo literario como “enfant
terrible” de las letras, para regocijo de sus mentores: Humbral y
C.J. Pelas. El muchacho hizo su aparición con un libro titulado:
Oños. Donde su imaginación febril de adolescente pajillero se
dedicaba a hacer un recorrido lúbrico por los oscuros objetos de
deseo de su botafumerica infancia. Describiendo con lujo de detalles
el santo Parrús de toda hembra que se cruzara en su camino.
Después de esta entrada
triunfal, se sumergió en el mundo de la ficción policíaca con
sosos amoríos de por medio, y fue reclutado para la causa mediante
la obtención del premio “Puñetas” algo así como el nobel
español. Sometido en secreto a un adoctrinamiento cuartelero de
valores patrios, el muchacho, por cierto llamado Juan Manuel de
Braga, dio a conocer su cruzada, por la familia, Dios y la derecha.
Azotando desde columnas, libros y tertulias a cualquier incauto que
se tope con su filosofía de naftalina, cirios y cilicios. Incitando
como obispo desde el púlpito al recato religioso y al cumplimiento
de mandamientos sumisos.
Con ojillos de conejo
enfermo de mixomatosis observa Juan Manuel desde el periscopio de su
tribuna, con sus flechas doctrinarias preparadas y con las llaves del
infierno engrasadas para enviar allí a descarriados y reincidentes.
Olvidado ya su pecado literario de juventud, y entregado a la buena
causa cristiana, donde penitentemente azota el pensamiento contrario
a su fe y a la de sus mentores. Con plumas de ángel, escribe a las
puertas del cielo, donde se imagina flanqueándolas bajo palio, como
aquel otro héroe de su imaginario lo hiciera hace años. Que no
tardes mucho acólito de Dios en sentarte a su diestra, y no te
olvides de llevarte contigo tus inmundicias escritas, no sea, que a
alguien le de por seguir publicándolas.
2.
André Trapejo
Agárrense que vienen
curvas. Aparece aquí, el primero de los de la teoría del by-pass,
creada durante la transición. O lo que es lo mismo: Todos juntos
debemos mirar al futuro. Leer al tipejo Trapejo, es como recibir la
caricia en la cabeza de la mano de un cura pederasta, una suerte de
estremecimiento viscoso te recorrerá todo el cuerpo. Pues aunque me
rechinen los dientes he de reconocer que algunos saben hacer del
cinismo un arte. Se ve que creerte lo de que eres escritor, tiene más
efectos secundarios de lo que parece. Sentado en tu despacho, debes
de asomarte a la historia, como el que lo hace por la ventana de su
casa, y trata de imaginar que clase de vida se esconde tras cada
transeúnte. Para ser capaz, de frivolizar sobre miles de asesinatos,
injurias, humillaciones, e injusticias que se dieron aquí durante
cuarenta años, hay que tener estómago, bien lleno desde luego. Para
decir una y otra vez, que no solo los de un bando asesinaron y
cometieron crueldades, y echarte las manos a las sienes, con
posturita estudiada de intelectual, y que es de justicia saber para,
ahora, que vivimos en “democracia” olvidándose casualmente, que
ciertamente, vivimos en democracia, pero, que esta fue impuesta por
toda la cohorte del caudillo, que incluso nos impuso una monarquía.
No debemos romper los nudos gordianos por la mitad, en sus propias
palabras: “El pasado no esta hecho de mitades, tuyas o mías, sino
de un todo que no es ni tuyo, ni mío, sino de todos” Lo imagino
cruzando los dedos de sus manos sobre sus piernas, como cura
satisfecho después de soltar esta perla. Desde esta premisa, nos
larga diarios, novelas, y poemas lacrimógenos, con la intención de
instaurar una semilla de perdón y de olvido en la mente de los
incautos.
Solo puedo decir una cosa:
el que quiera saber, que lea, que constate, para evitar caer en manos
tergiversadoras. En estas páginas aparecerán algunos más, del
mismo pelaje, que Trapejo, pero quizás no tan peligroso, porque
otros abanderan un fundamentalismo ideológico, que los hace caer
casi en el chiste, mientras este, taimadamente te echará el veneno
en la copa que provocará una metamorfosis en tu ser, que te nublará
la vista y el entendimiento.
3.
Impío Moja
Corrían los años de
gloria del reyezuelo “Anzar” Sobre su trono catódico mandaba a
capricho su paladín Urdaci, y todos los súbditos que no comulgaban
con sus tiranías, tenían la sensación de estar atravesando un
largo desierto. Una de aquellas noches, desde una pequeña pantalla,
el vocero del régimen, anunciaba a bombo y platillo la aparición de
un nuevo “historiador” que había sido miembro del grapo ¿? Este
detalle, que rechinaba como un seiscientos en un circuito, hizo que
prestase atención, a la entrevista que, en pleno telediario de las
nueve de la noche, concedían al emérito.
No dejaba de preguntarme:
¿Un miembro del grapo entrevistado en el telediario más rancio y
conservador de la historia? Aquí pasa algo -me decía- Y
efectivamente, pasaba algo, y gordo, nada más y nada menos, que ante
la avalancha de revisionismo histórico sobre la guerra civil que se
vivía en aquellos años, la derecha, se sacó de la manga a un tipo
sin escrúpulos que se dedicó a reescribir la historia y ensalzar la
figura del dictador a su antojo. Como no podía ser de otra manera,
el tipo fue número uno en ventas durante meses, a pesar de los
gritos en el cielo puestos por todo el gremio de historiadores, que
le acusaban de manipulador y cronista interesado. El tal Impío debe
de llevar los genes del mismísimo Queipo de Llano, pues no se ha
visto nunca a personaje más chaquetero. Heredero directo de los
ideólogos del franquismo, que como Ricardo de la Mierda, se
dedicaban a ensalzar y atornillar los hechos milagrosos de su
caudillo.
Si se encuentran algún
libro de este individuo, les sugiero que lo arrojen bien lejos, no
sea que la ponzoña que emanan les salpique, ahora si lo que quieren
es pertenecer a la secta de los manipuladores, y mentirosos, este es
su hombre. Pero !cuidado! No sea que le quede alguna bomba de su
época de militante del grapo y se le escape en alguna firma de
ejemplares.
4.
!Ay! Juan José, Juan
José. Quién te mandaría a ti acercarte a los políticos...Humm!
Déjame pensar, tu jefe del diario “El Pahís” Con lo bien que
ibas, con tus cuentos introspectivos ¿Acaso no te llegaba el
sueldo? Si es que claro, habiendo trabajado en un banco, siempre le
queda a uno el vicio de contar billetes. Y estando tus orígenes en
colonias fenicias, pues... En fin, que lo del dedo en la ceja, tuvo
mucha gracia, un desliz, pero lo del capirote con orejas de burro,
creo que es para toda la vida. Querido Juan José Sillás, para
emular al grandísimo Cronopio, no son necesarias las poses, y por
mucho que se adopten, la buena pluma de verdad, viene innata, lo
demás es oficio, pero del montón. Yo no me creo lo de los doctores
Honoris Causa, homenajes torticeros a los que se prestan ustedes con
una facilidad sospechosa, para largar discursos pedantes, sobre
literatura, en vez de arremeter desde el púlpito contra un mundo
injusto y viciado. ¿Que sus libros van sobre desfavorecidos? Vaya,
vaya, no encuentra usted entre los doctores historias dignas de ser
contadas. Ale, no pierda el tiempo leyendo estas bobadas, que mañana
es lunes, y hay que presentar seis nuevas columnas...tenga cuidado
con repetirse, que puede producir indigestión.
5.
Mario Vargaz Pozas “el
vicuña”
Que ganas tenía de
echarle el guante a este pájaro. Vaya por delante, que sin duda de
ningún tipo, este es un auténtico narrador, el mejor de todos los
citados en este Bestiario. El problema que hay con él, mi problema
con él, mejor dicho, es ni más ni menos su infinita megalomanía.
Un afán por convertirse en cortesano que lo persigue con saña desde
su nacimiento. Dudosa virtud, que hace que se desdibuje cualquier
minúscula intención de denuncia en sus libros. Vamos, que el señor
Pozas vislumbrando su talento literario, no tuvo reparos ninguno en
ponerlo al servicio de su ansia trepadora en la vida. Así, sin
escrúpulos se ha arrimado a gobiernos de todo pelaje, aunque con la
misma rancia presencia. Y al final ha conseguido, aparte del Nobel de
literatura, un título de marqués, otorgado por un monarca de
opereta y pandereta, y el reconocimiento de una sociedad que se le
rinde, cada vez que abre la boca...aunque sea para soltar cualquier
tontería disfrazada de opinión estudiada.
Había un poeta que decía:
¿Qué vacuna hay que
ponerse para trabajar en una fabrica de bombas
y poder dormir por las
noches?
Para experimentar con
animales en laboratorios
para esclavizar niños
para matar a sangre
fría
¿Qué vacuna hay que
ponerse para sentirse orgulloso de ser humano?
Para creerse el dueño
del planeta
para justificar tanta
infamia
No encuentro ninguna
farmacia de guardia
y el dolor me vuelve
loco
¿Hay algún médico en
la sala?
Seguro
que el señor Pozas, sabe cual es la vacuna. Debe tener una buena
provisión en casa.
Con su
ambición cumplida, descansa feliz, satisfecho como un niño de teta
después de mamar.
De
todas formas, todos los libros cuando están en la calle, dejan de
pertenecer a quien los escribió. Y si olvidamos el nombre del autor,
su miseria intelectual, y nos asomamos a unas páginas mágicas, a
los ojos del lector, pueden cambiar la intencionalidad primera del
autor, descubrimos obras imperecederas, geniales, emocionantes, y
libres, que ya no tienen dueño.
Al
marqués de Pozas solo me queda recordarle, que en el fondo, la
envidia es como una carcoma, te devora por dentro, y aunque
reconocido y titulado, el envidioso siempre sabrá que otros fueron
mejor. Y...que putada haber nacido contemporáneo de, digamos por
ejemplo: Thomas Bernharnd.
Felices
sueños señor marqués.
6.
Carlos
Ruiz Sifón
Dicen
que algunas personas se parecen a sus perros, otros, por extrañas
circunstancias hacen honor a su apellido. Es el caso de Carlitos, que
del mismo modo podría haberse apellidado huevón.
Nos
encontramos ante un espécimen de laboratorio. Una creación
comercial destinada a engrosar los beneficios de imperios literarios.
Mediante campañas mediáticas interminables, ves aparecer las obras
del individuo en cuestión por todas partes, sobre todo, en centros
comerciales donde se suelen fabricar pirámides con sus libros en
medio de los pasillos, donde algún despistado acaba estampando su
carro, y arrepentido del desastre, acaba por echar un libro dentro.
Respaldado
por frases del tipo: “El éxito del año” “tropecientas mil
copias vendidas” “un libro que no te dejará indiferente” el
público abrumado, se compra el ladrillo que ronda las mil páginas,
y donde se perderá si, pero hundido por un tostón “de dimensiones
épicas”
Una
vez, en un programa literario de televisión, pude ver y oír al
autor....Con aspecto de buda miope, incrustado en un sillón, y con
una indumentaria similar a la de cualquier cretino que se viste
siguiendo cualquier moda por hortera que esta sea, su arenga, giraba
alrededor de su libro, y a las preguntas ya respondidas que le hacía
el entrevistador. Su rostro de genio satisfecho, repetía casi
palabra por palabra, la aseveración que llevaba implícita la
pregunta trampa. Ante este espectáculo lamentable, que se puede
hacer. Lógicamente salir corriendo de sus libros y de sus
entrevistas, olvidarse de estos tipejos, y resistir lo mejor que se
pueda el bombardeo mediático sobre las virtudes de sus escritos.
!Ah!
Se me olvidaba: Carlitos colecciona dragones.
Hemos
creído necesario hacer una pausa, y dividir este Bestiario en
partes. Sin querer amenazar, les comunicamos que apenas hemos
empezado a rascar la punta de una pirámide enterrada. Que la nomina
de bestias adscritas se pierde en el horizonte. Si encontramos a
alguien dispuesto a perder la razón en continuar tan penoso trabajo,
seguiremos con nuestra tarea denunciante.
Mientras
tanto: Cuidado! Están por todas partes.
el reverendo Yorick.
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