elogio del suicidio

Murió Mario Monicelli. Desde hace meses vivía perseguido y acosado por un cáncer de prostata, y por la edad. Quizás en un último momento de lucidez se arrojó por la ventana del hospital. Su padre, también se suicidó. Esta fue una loable enseñanza que le quedó al hijo, que viendo su cuerpo y su mente caer en la miseria de la enfermedad, conejillo de indias de médicos, con las banales promesas de recuperación a la que son sometidos todos aquellos en los que hace presa el deterioro físico, decidió acabar de una vez, antes de que ni siquiera su conciencia se opusiera a ello.

El suicidio no es una vía muerta. Es más bien ejercer el último derecho que realmente nos queda, el de la autodestrucción. La elección de algo que nadie nos puede quitar,la elección del fin de nuestra propia vida.
Si ya tenía admiración a Mario Monicelli por su cine, por su sentido del humor, ese que siempre nos salva de la estupidez del hombre, para mí, su obra queda redonda. El epílogo a una vida crítica se resuelve de la manera más feliz posible, y quizás la única honesta que le quedaba.
La primera vez que me topé con su obra, fue en el cine Doré de Madrid, la filmoteca, hermoso edificio que luce sus años con la belleza que otorga el cariño de un público amante del buen cine. Allí, reí a gusto viendo Rufufú, sorprendido de que pudiera haberse hecho una maravilla semejante, admirado del grado de complicidad de los actores, que otorgan a la película de mucha de su savia. Admirado de la dirección del film y de su fotografía, de su historia, de toda ella en general. Luego vinieron otras filmotecas, y otras películas, y en mi preferencias cinematográficas siempre su nombre.
Hoy mi admiración por él se acrecienta, motivada por el fin que el decidió poner a su vida, ajeno ya a las críticas, a las religiones, y a los dedos que intenten señalar a su fantasma, que se funde libre con ese aire que todos respiramos, donde puede que al aspirarlo muchos se contagien del buen sentido de un hombre cabal.


el reverendo Yorick.

1 comentario:

Anónimo dijo...

QUÉ RÁPIDO. QUÉ CERTERO. LO SUSCRIBO TODO. CHAPEAU, QUE SE DICE!!!