miradas II

3 de Septiembre: Observaciones a pie de calle.

por motivos de trabajo, visita a diferentes casas, en cada una de ellas, diferentes recibimientos. Amabilidad en unas, y malos gestos en otras. en general personas muy mayores encerradas en sus domicilios oscuros. La televisión a volumen generoso. De un vistazo se perciben sentimientos diversos: Amargura, aceptación, rencor, desconfianza, dolor, abatimiento, desidia. Faltan las casas donde una persona sonriente abra la puerta, donde un retraso sea disculpado, en vez de condenado a un fusilamiento, donde una confianza prime sobre las miradas vigilantes que acechan desde una cobardía aceptada, donde las viviendas se convierten en dictaduras territorializadas por una estupidez intrínseca que va de la mano a una existencia servíl.
Así todo el día, y solo por hablar de las viviendas, en la calle, con el trafico, todo se complica. Difícil,muy difícil mantener todo el día unas ganas de abrazar al mundo, a medida que pasan los minutos los obstáculos puestos a la sonrisa crecen, la zancadilla intencionada contra las buenas intenciones se magnifica, y poco a poco casi imperceptiblemente se va cayendo en un estado de decepción que desgasta profundamente y del que cuesta remontar sin ayuda. La que haría falta para que uno no se sintiera absolutamente solo, por empezar desde algún sitio, la que haría falta para que los días parecieran más cortos y luminosos, solo a base de sonrisas, la necesaria para que nos hiciera entender que el egoísmo individualista no nos enriquece como el altruismo colectivista. En definitiva, otro día más esperando una sorpresa, con la promesa echa de no sucumbir a una cobarde derrota y con la esperanza lista para esperar un día diferente.


Optimus de Alégria

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